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El Mundo, está cerrado

El Mundo, está cerrado

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(Sofía, 5 años) “¿Mamá, porqué cerraron el mundo?”

Reflexiones sobre el efecto de la pandemia y el aislamiento en niños y adolescentes

  • Estamos frente a una situación inédita, que nos ha tomado por sorpresa y ha modificado sustancialmente nuestras vidas.
    Nos encontramos de pronto todos confinados en el hogar, en el cual confluyen trabajo, instrucción académica de los niños de manera virtual, contención, rutinas, deporte y recreación, además de las tareas del hogar.

    Es bien importante que sepamos que la INMOVILIDAD ES UNO DE LOS ESTADOS MENOS TOLERADOS POR LOS NIÑOS.

    Experimentamos un cierre abrupto de lo que despertaba nuestro interés y el de ellos, y de las situaciones que nos daban placer; ya no podemos ir a la placita, salir a andar en bici, jugar en lo de un amigo o visitar a los Abuelos.

    Una suspensión del tiempo que hace que todos los días parezcan iguales. Se “congeló” el calendario.
    ¿Terminará esto alguna vez?
    Los niños tienen su manera de reaccionar que muchas veces puede desconcertar al adulto, y que nos hace transitar caminos que no siempre mejoran las cosas, lo cual puede llevar a una serie de malentendidos en cadena y todos la pasamos muy mal.

    Un chico triste puede estar muy irritable y agresivo, en su duelo por la escuela, por sus amigos, por su rutina y también por sus padres de siempre, qué a veces, están distintos, preocupados por perder sus trabajos, por enfermarse, por sus propios padres, los abuelos del niño a los cuales no podemos ver.

    Los niños intentan subjetivarse, o sea, convertirse en dueños de sí mismos y a la vez relacionarse con los demás.
    En realidad, de esta manera nos convertimos en humanos; desarrollando nuestras potencialidades en una matriz de relaciones afectivas.

    De pronto han perdido todo aquello que los contenía y daba seguridad; el sistema de rutinas y lugares conocidos y pueden sentirse perdidos.

    Pueden entonces retroceder, reforzar el aislamiento, volver a conductas superadas, o simplemente colapsar, volverse más desinteresados y retraídos. O bien llorar sin motivo aparente, excitarse, volver a deambular erráticamente.

    ¿PODEMOS EVITARLO? ¿PODEMOS MODERAR EL SUFRIMIENTO Y AL MISMO TIEMPO ALIVIAR EL NUESTRO?

    Cuando un niño está configurando su psiquismo, somos sus seres significativos que trasladamos la idea; o bien “de que el mundo exterior es un lugar lindo, que vale la pena ser explorado”, o que el mundo “es un lugar peligroso, aterrador del que hay que cuidarse”.
    Y de pronto el mundo parece convertirse en una amenaza para todos los que viven en él.

    Algo “estalló” y es difícil mantener las piezas en su lugar.

    Cada padre y madre deberá adaptarse de la manera que pueda a las nuevas necesidades del niño: ser tranquilizado y a la vez mantener la relación consigo mismo y con los otros que había logrado.

    No hay reglas fijas, pero si algunos indicadores que pueden guiarlos:

    ♦Hablarles desde la verdad reciclando las explicaciones de acuerdo a la edad del niño.

    ♦No exponerlos a las noticias e informativos, ya que la realidad externa se refleja en los contenidos internos de miedos, depresión, resignación, agresión y traumatización de grupos e individuos.

    ♦En los niños más pequeños deberemos tener más paciencia, ya que se ha observado una tendencia a la regresión, dependencia y resignación. Esto, unido a sus propios esfuerzos para logara la autonomía debido a la pérdida del grupo de pares, tan importante para el proceso de formación de la identidad.

    ♦Buscar, dentro de las posibilidades del hogar, alguna actividad física que les permita descargar sus estados internos (saltar a la cuerda, bailar, etc).

    ♦Buscar un equilibrio entre salud física y emocional; es decir, podemos estar atentos a horarios en que las calles o plazas no estén muy concurridas y podamos llevarlos a correr un rato, andar en bicicleta, o simplemente caminar.

    ♦Pueden eventualmente encontrarse con algún amigo manteniendo las medidas de higiene y la distancia adecuada.

    ♦Para los niños que ya accedieron a la lecto-escritura, puede ser muy bueno que tengan un diario en el cual escribir o dibujar respecto de “sus vidas en época de pandemia”. Dibujar alguna actividad de la que antes disfrutaban mucho, dibujar una que les permita esperar en la esperanza y que también dibujen alguna actividad de la cual disfrutan en cuarentena.

    ♦Recordárles que para “animarse” hay que “animar”, por lo cual es bueno que busquen empatizar con otros amigos que la puedan estar pasando peor y de ésta manera puedan apoyarlos y sentirse útiles.

    ♦Aprovechar el uso de las nuevas tecnologías para que puedan contactarse con amigos y familiares.

    ♦Para las clases virtuales, es necesario que una hora antes se preparen, se den un baño, se vistan y busquen un lugar apropiado para recibir la clase. De ésta manera estamos invistiendo la actividad de la importancia que tiene.

    ♦Tener muy en cuenta de que, en éste momento, lo primordial a cuidar es la salud emocional de nuestros alumnos.
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